viernes, 06 de diciembre de 2024
Biblioteca de Silos. Bernardo andando

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Clandestinidad y penalidades. 1936.

   Siete monjes formaban la comunidad de Montserrat. Los siete sufrieron persecución por su condición de religiosos. Los padres José, Antolín, Rafael y Luis fueron martirizados entre el 25 de septiembre y el 31 de diciembre de 1936. Los otros tres monjes sufrieron las mismas penalidades y persecución, pero sobrevivieron a las mismas.  

   El P. Daniel Palomero nació en Hontoria de Valdearados (Burgos) en 1881. Ingresó como niño oblato en el monasterio de Santo Domingo de Silos y profesó en 1897. Estudió teología y obtuvo el doctorado en San Anselmo, en Roma. Fue ordenado sacerdote en 1904 y en 1923 fue destinado a Montserrat de Madrid.  Al salir de Montserrat el 19 de julio de 1936 fue acogido por una familia en la calle Farmacia. En la tarde del 4 de agosto le detuvieron y le llevaron a la Dirección General de Seguridad, pero le dejaron en libertad. Refugiado en una pensión, le detuvieron de nuevo el 15 de octubre y le llevaron a la cárcel Modelo. Al juzgarle y verle tan poca cosa y enfermizo, dijo el tribunal: No vale la pena que la república gaste contigo una bala. Y lo evacuaron a casa de un labrador de la provincia de Alicante. Al terminar la guerra, tras una temporada en Albacete para reponerse de las penalidades, regresó a Montserrat donde vivió hasta su muerte el 5 de marzo de 1967. Tenía 86 años. Él ha dejado su valioso testimonio de lo que pasaron aquellos días y del martirio de sus hermanos.

   El P. Emilio Santamaría nació en Isar (Burgos) en 1894. Ingresó como niño oblato en Silos, profesó en 1911 y fue ordenado sacerdote en 1917. Había dejado Montserrat el día 19 de julio y procuró acompañar al P. Luis. Ambos fueron detenidos el 3 de agosto, pasaron el día 4 en la Dirección General de Seguridad y de allí fueron enviados a la cárcel de Ventas. Emilio se ganó la confianza del oficial de prisiones D. Salvador Raúl Ramos y estuvo al frente de la lavandería. Por su buena caligrafía le encargaron también hacer el fichero de los presos. Salvó de la muerte a más de cuarenta personas haciendo desaparecer su ficha cuando llegaba a enterarse que les llamaban para sacarles. Finalmente, el 11 de diciembre, ante la insistencia del P. Luis, salieron ambos de la cárcel. Pasó toda la guerra en Madrid, escondido y sorteando el peligro de los obuses. Trabajó como peletero con la familia que le acogía. Atendió espiritualmente a las benedictinas acogidas en casas particulares, ingresó en la Cruz Roja y con su uniforme se pudo mover por la ciudad con algo más de libertad. Mantuvo contacto con el P. Daniel y el Hno. Luis y les ayudó económicamente. Terminada la guerra fue nombrado prior de la casa de Montserrat y le tocó la dura tarea de su restauración. Murió en 1976, tenía 82 años, en la abadía de San Benito de Buenos Aires. Dejó valiosos testimonios escritos de esos días de penalidades.

   El Hno. Luis Mariscal nació en Humienta (Burgos) en 1893. Ingresó como hermano converso en Silos en 1912 y profesó en 1915. En 1933 fue destinado a la fundación de Madrid. Salió de Montserrat el 19 de julio de 1936. En la mañana del 21 hizo una visita al monasterio con el P. Luis. Por la tarde, mezclado entre la gente, vio prender fuego a la puerta de la iglesia y huyó despavorido a casa de unos amigos. Estos salieron a ver y ya la pasionaria había logrado controlar a la gente obligándoles a apagar el fuego. Tras pasar por la hospitalidad de varias familias, se presentó en la Dirección General de Seguridad el 17 de octubre. Le llevaron a la cárcel de Porlier. Así relata él mismo su propio juicio:

    A mí me juzgaron el 28 de marzo de 1937 en el juzgado de urgencia número 5 de Madrid, donde me condenaron a 4 años, 11 meses y 29 días de internamiento en un campo de trabajo. El juicio fue rápido, sin retórica, sino que dije lo que sentía:

   -¿Está usted dispuesto a defender la República con fusil, un pico o una pala?

   -Ni con fusil, ni con pico, ni con nada; soy de Castilla.

   Entonces el fiscal me dice:

   -¿Quién lleva razón, el gobierno de la República o los facciosos de Franco?

   -Y yo dije que el gobierno de Franco.

   El fiscal dio un bote que yo creí que me condenaba a muerte. Todo duró como tres minutos. El abogado dijo:

   -No hagan caso ustedes de este que ha estado toda la vida cosiendo y no sabe más que coser y coser sotanas.

   Todos se quedaron admirados.   

   El 18 de julio de 1937 le trasladaron a Alicante, luego a Albatea y finalmente al campo de trabajo instalado en el seminario de Orihuela. Al enterarse de la caída de Madrid todos los presos se marcharon a sus lugares sin que nadie intentara retenerles. Llegó a Montserrat el 8 de abril y allí se encontró con el P. Emilio. El Hno. Luis, tras larga enfermedad, murió en el monasterio de Silos el año 1952. Tenía 58 años.


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