Un mínimo de vida monástica.
1 Hemos escrito esta regla para que, al observarla en los monasterios, demostremos tener al menos cierta honestidad de costumbres, o un mínimo de vida monástica. 2 Pero quien tenga prisa por llegar a la perfección en la vida monástica tiene la doctrina de los santos Padres cuya observancia lleva al hombre a la cumbre de la perfección. 3 Porque, ¿qué página o frase inspirada por Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento no es una norma segura para la vida del hombre? 4 ¿O qué libro de los santos Padres católicos no nos repite que vayamos por el camino recto hacia nuestro Creador? 5 Las mismas Colaciones de los Padres, sus Instituciones y sus Vidas, también la Regla de nuestro padre san Basilio, 6 ¿qué otra cosa son sino medios para llegar a la virtud de los monjes obedientes y de vida santa? 7 En cambio, a nosotros, perezosos, relajados y negligentes nos ruborizan y confunden. 8 Tú, quien quiera que seas, que corres hacia la patria celeste, cumple con la ayuda de Cristo esta regla escrita de elemental iniciación, 9 para que finalmente llegues, con la protección de Dios, a las cumbres de doctrina y virtudes que anteriormente hemos descrito. Amén.
Fin de la Santa Regla.